1. Dios lo creó todo (Génesis 1:1)

“En el principio creó Dios los cielos y la tierra.”
¿Sabías que Dios creó a los dinosaurios? Él creó a cada dinosaurio, cada animal, ¡y también a ti! Los dinosaurios formaban parte de su creación perfecta, junto con las montañas, ríos, árboles y estrellas. Dios ama su creación y la hizo hermosa y buena.

2. ¿Qué salió mal? (Romanos 5:12)

“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.”
Los dinosaurios vivieron en un mundo que alguna vez fue perfecto, igual que el resto de la creación de Dios. Pero cuando Adán y Eva desobedecieron a Dios al comer el fruto que Él les dijo que no comieran, el pecado entró en el mundo. Esta desobediencia, llamada pecado, trajo dolor, tristeza e incluso la muerte a la creación. Por eso los animales, incluidos los dinosaurios, comenzaron a morir, y el mundo ya no fue perfecto.

3. Todos han pecado (Romanos 3:23)

“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.”
Así como Adán y Eva, todos hemos hecho cosas malas: mentir, ser desobedientes o no ser amables. Estas cosas malas se llaman pecado, y el pecado nos separa de Dios. No podemos arreglar este problema por nosotros mismos.

4. El plan de rescate de Dios (Juan 3:16)

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
Aunque el mundo fue quebrantado por el pecado, Dios tenía un plan para arreglarlo. Él nos ama tanto que envió a su Hijo, Jesús, para salvarnos. Jesús vino a tomar el castigo por todas las cosas malas que hemos hecho.

5. Jesús murió por ti (1 Pedro 2:24)

“Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero.”
Imagina al dinosaurio más grande y fuerte que puedas imaginar. Por muy fuerte que sea, no podría salvarnos del pecado. Solo Jesús podía hacerlo. Jesús tomó el castigo por nuestros pecados cuando murió en la cruz, aunque Él nunca hizo nada malo. Lo hizo porque nos ama.

6. ¡Jesús está vivo! (Mateo 28:6)

“No está aquí, pues ha resucitado, como dijo.”
Después de que Jesús murió, algo increíble sucedió. ¡Él volvió a la vida! Así como los dinosaurios nos recuerdan el poder de Dios en la creación, la resurrección nos muestra el poder de Dios para traer vida de la muerte. Jesús está vivo hoy y quiere que vivamos con Él para siempre.

7. ¿Cómo puedes ser salvo? (Romanos 10:9)

“Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.”
Para ser salvo necesitas:

• Admitir que eres un pecador.
• Creer que Jesús murió por tus pecados y resucitó.
• Llamar a Jesús y pedirle que te salve.

8. Jesús te invita (Apocalipsis 3:20)

“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él.”
Imagina un dinosaurio afuera de tu puerta; ¡seguro llamaría tu atención! Pero hoy, Jesús está llamando a la puerta de tu corazón. Él quiere entrar y ser tu Salvador y mejor amigo. ¿Lo dejarás entrar?

9. El regalo de la salvación (Efesios 2:8-9)

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios.”
La salvación es como encontrar el tesoro de dinosaurios más asombroso: ¡es un regalo gratis! No puedes ganarlo, pero puedes aceptarlo confiando en Jesús.

10. ¿Confiarás en Jesús hoy? (1 Juan 5:12)

“El que tiene al Hijo, tiene la vida.”
Cuando los dinosaurios caminaron sobre la tierra, eran parte del plan increíble de Dios. Pero el regalo más asombroso de Dios es la vida eterna a través de su Hijo, Jesús. Si confías en Jesús hoy, vivirás con Él para siempre en el cielo, donde todo será perfecto otra vez.

Una oración sencilla

Querido Jesús,
sé que he pecado y necesito tu perdón. Gracias por morir en la cruz por mí y resucitar. Creo que eres el Hijo de Dios. Por favor, entra en mi corazón, perdona mis pecados y ayúdame a seguirte. Amén.